Capitulo VII

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Gracias sean dadas a Dios que me ha regenerado, por el agua y el Espíritu Santo, convirtiéndome en un ser viviente, de modo que puedo ver en su Luz los grandes vicios innatos que hay en mi envoltura carnal.

Así por ahora vivo en el espíritu de este mundo en mi carne, y mi carne sirve al espíritu de este mundo, pero mi mente sirve a Dios. Mi carne se genera en este mundo y está dirigida por la quintaesencia de las estrellas y elementos, que reside en ella y es amo y señor del cuerpo y la vida exterior; pero mi alma ha sido regenerada por Dios y ama a Dios. Y aunque no pueda todavía aprehender y retener la sabiduría divina, a causa de que mi mente recae en el pecado, de todos modos no podrá siempre el espíritu del mundo mantener cautiva mi mente.

Porque la Virgen, la divina Sabiduría, me ha dado su promesa de no dejarme en esta miseria; ella vendrá a ayudarme a través de su Hijo de Sabiduría. Debo asirme de él y él me llevará hacia ella en el paraíso. ME lanzaré a esa aventura y atravesaré cardos y espinas, como pueda para arribar a mi país original donde reside la Sabiduría. Confío en la promesa fiel que me hizo cuando se me apareció y me ofreció que cambiara todo mi tormento en una gran dicha. Cuando yo yacía en la montaña a medianoche, y todos los árboles se abatían sobre mí, y la tormenta y el viento soplaban sobre mí, y el Anticristo abría sus fauces para devorarme, ella vino, me confortó, y me acogió como hijo.

Por lo tanto estoy contento y no me importa; él tiene autoridad sobre este recinto transitorio de la carne; cuyo amo es él; puede llevárselo si quiere, que yo de todos modos adonde iré será a mi país original. Y así y todo el no es dueño absoluto de esa casa, no es sino el mono de Dios, porque como un mono realiza toda clase de trucos para divertirse y aparecer como la mejor y más astuta de las bestias, como lo es. Su poder pende del gran árbol de este mundo y una tormenta de viento puede hacerlo desaparecer.

* * *

Tú preguntarás: "¿En qué consiste la nueva regeneración? o ¿cómo se realiza en el hombre? Escucha atentamente, no cierres tu mente, no permitas que esté llena solo del espíritu de este mundo, con su pompa y poderío. Domina tu mente, haz que tu mente atraviese todo aquello y sométela al amable amor de Dios, hasta el serio, inquebrantable propósito de vencer los placeres del mundo y no preocuparte de ellos. Considera que tu verdadero lugar no es este mundo, que en él no eres sino un forastero encarcelado en una prisión; llama a gritos al que tiene la llave de esa prisión; sométete a él en obediencia, integridad, humildad, pureza y verdad. Y no corras tan afanosamente tras el reino de ese mundo, que ya él correrá detrás de ti sin que lo incites.

Y entonces la Virgen pura, la Sabiduría de Dios, llegará a ti en lo alto y profundo de tu mente y te conducirá hacia aquél que tiene la llave de la pureza del abismo. Tú permanecerás delante de él y él te dará a comer del celestial maná que te aliviará y refrescará. Te harás fuerte y atravesarás la puerta del abismo como la estrella de la mañana, y aunque estés cautivo acá en la noche, te aparecerán los rayos de la aurora en el paraíso, donde la Virgen pura reside, esperándote con la dicha de los ángeles, que te acogerán dichosos en tu recién nacida mente y espíritu. Y aunque continúes caminando acá, la noble Virgen te ayudará todavía en la noche oscura.

Mira bien, no cierres la mente y la comprensión; cuando tu mente te diga "Vuélvete", sabes que has sido llamado por la Sabiduría de Dios; vuélvete instantáneamente, y fíjate dónde estás alojado, en qué clase de cárcel está tu espíritu aprisionado; busca tu país de origen, de donde salió tu alma y hacia dónde tiene que volver.

Y si sigues el consejo de la Sabiduría de Dios, lo hallarás en ti mismo, no después de esta vida, sino en esta misma vida, en tu regeneración, pues la sabiduría sabrá encontrarte. Y te darás cuenta de qué clase de espíritu ha escrito el autor de este libro.

 

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