Capitulo V

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El Simple dice: "Dios hizo todo de la nada". Pero ese no conoce a Dios ni sabe lo que el mismo es. Cuando contempla la tierra junto con el abismo que está sobre ella, este hombre piensa que todo esto no es Dios, o piensa que Dios no está allí. Siempre ha creído que Dios reside sobre el cielo azulado de las estrellas y reina, por decirlo así, a través de algún espíritu que va de aquí para allá por el mundo en su sombra; y que su cuerpo no está presente aquí abajo en la tierra.

Yo he leído opiniones similares en libros de versados Doctores, y he hallado muchas opiniones, disputas y controversias de este tipo entre los eruditos.

Pero en vista de que Dios me abre la puerta de su Ser en su gran amor, y recuerda los pactos que ha hecho con los hombres, fielmente, seriamente, y de acuerdo con mis capacidades, yo mostraré a ustedes esas puertas abiertas hasta donde él me lo permita.

Esto no quiere decir que soy un experto en estas cosas, sino que explicaré hasta donde yo soy capaz de entender.

Jacob Boehme, Wheels

Por el Ser de Dos es como una rueda, donde muchas ruedas se entrecruzan, hacia arriba, hacia abajo, hacia los lados, pero todas concéntricas, girando todas juntas.

Y cuando un hombre contempla esa rueda, se maravilla y no puede de una sola vez aprehender el sentido de lo que está mirando. Pero cuanto más contempla la rueda, más aprende de su forma, y cuánto mas aprende más anhelo tiene de ella, porque cada vez ve algo más maravilloso. Así nunca contemplo lo suficiente ni nunca aprende bastante.

Eso me pasa a mí también. Lo que no digo en un lugar referente a este gran misterio, ustedes lo encontrarán en otra parte. Y lo que no puedo describir aquí con respecto a la grandeza de este misterio y a mi propia incapacidad, ya lo encontrarán en otra parte.

Porque este es el primer brote de esta rama que arranca de su madre, como un pequeño que empieza a caminar y por supuesto de entrada no puede correr.

Aunque el espíritu ve la rueda y está mas que dispuesto a aprehender su forma en cualquier lugar, no es capaz de hacerlo justamente por el giro de la rueda. Pero cuando el espíritu se le da la oportunidad de volver a ver esa forma ya aprehendida, entonces va aprendiendo cada vez más y se regocija y deleita en la rueda, anhelando volver a encontrarse frente a ella.

Ahora observen: La tierra tiene justamente las mismas cualidades y espíritus fuente que el abismo que esta sobre la tierra tiene, o que el cielo tiene, y todo esto junto pertenece a un solo cuerpo. El Dios universal es este único cuerpo total. Pero el pecado es responsable de que ustedes no puedan enteramente verle o conocerle. A causa del pecado, tú, dentro de este gran cuerpo divino, permaneces encerrado en la carne mortal y el poder y la virtud de Dios se enconen de ti, como la médula de los huesos se esconde de la carne.

Pero si tú en el espíritu irrumpes a través de la muerte, que es la carne, entonces tú puedes ver el Dios escondido. Porque la carne mortal no pertenece al movimiento de la vida, de modo que no puede recibir ni concebir la Vida de la Luz como algo propio de ella, pero la Vida de la Luz en Dios asciende de la carne y genera para sí misma, a través de ella, un cuerpo celestial y viviente, que conoce y comprende a la Luz.

El cuerpo mortal es un cascarón del cual emerge el nuevo cuerpo, como un grano de trigo sale de la tierra. El cascarón no se alzará y vivirá de nuevo, sino que permanecerá para siempre en la muerte.

Contemplad el misterio de la tierra: así como ella da a luz, así debéis hacer vosotros. La tierra no es ese cuerpo que sale hacia la luz, pero es la madre de la cual procede, así también tu carne no es el espíritu, pero es la madre del espíritu.

Y en ambos, en la tierra y en tu carne, la Luz de la clara Deidad está escondida, pero de ambos emerge y se cobija en un cuerpo que es diferente para cada especie.

Y como es la madre es el hijo: el hijo del hombre es el alma que nace en el movimiento astral de la carne; y el hijo de la tierra es el pasto, las hierbas, los árboles, la plata, el oro y todos los minerales.

De la tierra sale el pasto, las hierbas y los árboles, y de la tierra proceden la plata, el oro y los minerales. En el abismo sobre la tierra emergen los maravillosos dones del poder y la virtud.

* * *

Ahora invito a todos los amantes de las estimables y altamente consideradas artes de la filosofía y teología, ante este espejo donde abriré las raíces y bases de estas materias.

Yo no uso sus tablas, fórmulas o esquemas, reglas o maneras, porque no he aprendido de ellos. Tengo otro profesor, que es la fuente viva de la naturaleza.

¿Qué podría yo, un simple lego, enseñar o escribir acerca de su gran arte, si no me fuera dado por el Espíritu de la naturaleza, en quien vivo y soy? ¿Me debo oponer a que ese Espíritu se manifieste, donde y en quién le plazca?

Oh, hijo del hombre, abre los ojos de tu espíritu, porque te mostraré aquí la verdadera, la real puerta de Dios.

¡Contempla! Ese es el verdadero, único, solo Dios del cual fuiste creado y en el cual vives; y cuando tú contemplas el abismo y las estrellas y la tierra, entonces tú contemplas a tu Dios. En él tú vives y tienes tu ser, y ese mismo Dios te gobierna y de él tú obtienes tus sentidos. Eres una criatura de él y en él; y si no, jamás habrías sido.

Ahora dirás que escribo de un modo pagano. ¡Cuidado con lo que dices! Observo cuidadosamente cómo son las cosas que te digo. Porque no escribo paganamente, sino en el amor de la sabiduría; ni soy un pagano sino que tengo el real conocimiento del único y grande Dios que es el Todo.

Cuando tú contemplas el abismo, las estrellas, los elementos y la tierra, entonces no aprehendes con tus ojos la brillante y clara Deidad, aunque ella está ahí y en ellos; si no que tú ves y aprehendes, con tus ojos, primero la muerte y después la ira de Dios.

Pero si elevas tus pensamientos y entras a considerar donde está Dios, entonces tú aprehenderás el movimiento astral, donde el amor y la ira se entrecruzan. Y cuando la fe se acerque a Dios, que reina santamente en estos dominios, entonces tú llegarás a él porque habrás llegado a su Corazón.

Y cuando esto esté hecho, entonces tú serás como Dios es, que en sí mismo es el cielo, la tierra, las estrellas y los elementos.

 

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