17. Las etapas en la práctica

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Parameshwar es eminentemente práctico y consciente de que no existe ningún tratado escrito sobre los diferentes estados de consciencia que el practicante se encuentra a medida que progresa en su búsqueda. En sus charlas instaba a los asistentes a que hablaran sobre su práctica cotidiana y, ante lo que era usual, nadie exponía nada sobre ella ya que muchos —la mayoría de los asistentes — no sabían por dónde empezar, los pocos se encontraban con enormes problemas incapaces de continuarla.

En este capítulo se recogen sus palabras sobre la práctica. Espero que verdaderamente sean de gran ayuda para aquellos que la inician o ya estén en ello.

P: Advaita no es conocimiento, sabiduría, metafísica o religión. Advaita significa una actitud en la vida, una forma de estar en ella que es capaz de llevar a! practicante hacia el núcleo de su Ser e incluso más allá.

Solo hay una manera de conocer lo que los maestros de todos los tiempos han experimentado por sí mismos y en sí mismos y han enseñado a sus discípulos, y es que volcándose dentro de Sí Mismos han encontrado la Paz y el Silencio de los que tanto se habla en las Escrituras.

Muchos de vosotros estáis más preocupados por conocer intelectualmente qué es ESO, Paramatman, el Ser o Atman, que en buscarlos, pero la verdad es que pocos de entre los muchos están preparados para hacerlo, debe de ser un asunto del karma, y si hemos de ser sinceros, no deberíamos hablar sin conocer de primera mano estos asuntos de los que se suele hablar.

Así pues, ¿cómo andamos en esto de la práctica? ¿Hay alguien entre vosotros que sepa lo que es «Yo Soy» por experiencia propia?

[Como siempre, nadie contesta.]

P: ¿Alguien que esté practicando? Veo que muchos estáis con los ojos cerrados. Ya que no contestáis, o bien estáis practicando o haciendo ver que practicáis. ¿Es en vosotros un hábito eso de cerrar los ojos cuando alguien habla?

[risas]

P: ¡Tú, que estás ahora con los ojos bien abiertos! Dime. ¿Qué practicas? ¿Qué y cómo haces? Perdona, tu nombre es...

I: Irene.

P: Bien, Irene, dinos.

I: No sé si lo hago bien o no, pero intento llevar a la práctica lo que he entendido sobre Vichara y las Enseñanzas de Ramana Maharshi, y la dificultad con la que me encuentro es que no puedo parar los pensamientos. Cuando le escucho a usted, la mente está pendiente de sus palabras; la verdad es que los pensamientos son infranqueables. Si quisiera ayudarme con esto, le estaría muy agradecida.

P: Irene, te enfrentas a la misma ignorancia. Los pensamientos acuden a la consciencia libremente porque no estás presente, consciente de ti misma, ya no recuerdas tu Centro, te has perdido de vista y, además, tu atención es débil, poco intensa y vuelta hacia «afuera». Se escapa a través de los sentidos contemplando continuamente el escenario dibujado en la consciencia. El resultado de la ignorancia es el hábito del pensamiento continuo e indomable. Para que no aflore el pensamiento se han creado hasta escuelas con diferentes métodos; sin embargo, cuando la atención se refuerza es cuando estos dejan de aparecer. Si quieres que ellos no molesten, redobla la atención.

I: ¿Dónde debo fijarla atención cuando practico el Vichara? Tengo mucha información sobre el método, pero a la hora de practicar no sé ni por dónde empezar. Yo estoy ahí enfrentándome a los pensamientos e incluso al sueño físico que casi siempre acaba venciéndome.

P: Bueno, ¿estás ahí realmente? Como te he dicho, Irene, has de redoblar la atención. Has dicho algo muy, muy importante de una forma natural: «yo estoy ahí». ¡Bien!, eso es lo que tienes que hacer, estar «presente», pero redoblando la atención, es decir, estar ahí con doble intensidad de lo habitual. Pronto podrás comprobar que cuando la atención, la consciencia presencial, está fija en sí misma es el mejor método para acallar los pensamientos.

I (otro): Según los Maestros del Advaita este es el estado de «no-mente», el espacio libre de pensamientos donde se realiza el Yo. Es Samadhi.

P: ¡No! Este estado solo es una etapa, la inicial. Aún tiene que aparecer el YO autoconsciente y quedarse SOLO en medio del Océano de Silencio. Eso es Samadhi. La Presencia, que para ser mantenida debe estar retornando constantemente mediante la atención vuelta hacia sí misma, es la misma mente o consciencia atrapada en la ignorancia mirándose en el espejo de la existencia. Necesita «verse», «reconocerse», «saberse» a sí misma para permanecer. Este es el primer paso, el segundo es «Yo Soy», donde no es necesario el continuo mirarse, pero sí el retorno constante a sí mismo.

En esta etapa de ««Yo Soy»» la percepción de existencia es pura, muy pura, y es en esta etapa donde el Ser es contemplado como la Existencia Individualizada. Permanecer así es estar en Samadhi. El estado de no-mente es esto y es conocido por Savikalpa Samadhi. Solo aquí puede darse una oportunidad de ir más allá. La Consciencia está enraizada en sí misma pero aún se la ha de liberar del YO, pues este es el Atman, el autoexistente y el sabor de Ser acontece con él. En esta etapa ya no es posible la aparición de pensamientos, y si estos aparecen son la señal evidente de un aflojamiento o pérdida de fuerza. Este YO es el causante de toda ignorancia, pues al aparecer en escena aparece la ignorancia y la sed de conocimiento. El «Yo Soy» es la Inteligencia misma, pues para saber no necesita elaboración intelectual, a menos que quiera poner en palabras el Conocimiento. «Yo Soy» es la parte en nosotros que se da cuenta, es mirar y comprender directamente.

I: ¿No es la mente la que es capaz de conocer las cosas? Yo no puedo hacer una distinción entre YO y la comprensión mental, pues la elaboración mental es la misma inteligencia, si no, no podría entender sus palabras.

P: El mecanismo que en todos nosotros se activa cuando el intelecto recibe una nueva información es común a todos; sin embargo, esta mecanicidad comienza en la misma infancia, cuando el niño empieza a conocer y a entender su entorno gracias a las continuas preguntas a las que somete a sus padres. En ese período es cuando la mente intelectual empieza a desarrollarse. Como verás, no es un acto instantáneo de aparición en escena, sino un periodo de desarrollo que desembocará más tarde en la facultad intelectiva. Pero todo esto lo comprenderás cuando se vaya despejando el velo, húndete en ti mismo y verás que sí hay distinciones o grados de ignorancia. La Inteligencia es la capacidad de darse cuenta de las cosas y el intelecto solamente maneja lo que la Inteligencia descubre; el intelecto es solo una habilidad de la Inteligencia, del Atman. ¿Acaso no ves que no entiende lo que es el cuarto estado, por ejemplo? Tu intelecto no puede manejar datos que el Atman no conoce, y eso es debido a que el Atman no sábe lo que es el cuarto estado; sin embargo, a tu intelecto no le falta información adquirida de otras fuentes. ¿Crees que hablar de lo que no se conoce es un acto inteligente? Piensa sobre este asunto, quizá te ayude a poner las cosas en su sitio.

I: ¡Gracias!

I (otra): ¿Solo la práctica es la manera en que se alcanza el Ser, lo que ya somos? Otros Maestros enseñan que se puede llegar también por la comprensión.

P: Si eres capaz de comprender: adelante. Pero te aseguro que tendrás que dejar algún día de hacerlo si quieres ir más allá. No sé si lo sabrás, pero el camino de la comprensión es el Jnana Yoga y hace milenios que está funcionando. Tú, con tu comprensión puedes alcanzar la Consciencia «Yo Soy», pero cada vez que tú seas «Yo Soy» dejarás de lado la comprensión y en ese momento los mecanismos naturales se pondrán en funcionamiento hasta que Su disolución sea un hecho y, por supuesto, tendrás que hundirse en el YO, y ese gesto siempre es práctica. De todos modos, sé tú misma la que vaya descubriendo el Advaita, no mastiques la comida de otros. Aquí se enseña la vía directa, no hace falta comprender.

Volviendo a donde lo dejamos...

La Consciencia de «Yo Soy» es transcendida cuando el sentido de Individualidad que entraña «YO» se desvanece en un estado que es el SER PURO, libre de YO, pero donde aún queda la percepción de existencia. Ya no hace falta permanecer como el YO, ahí clavado, Fuente de la Atención. La gota vuelve al océano en ese punto exacto. Cuando se disuelve el nudo de la atención queda el estado de Lucidez pero con la sensación de estar vivo, de existir.

Tanto la Consciencia de Yo como el Ser son la misma cosa, es el SER, el Atman, pero aún no se acaba el asunto aquí, por mucho que otros se empeñen en que así sea y así lo enseñen. Atman no es Paramatman, como un hijo no es el padre. No os hablo de teorías, os hablo de una realidad práctica, y aquí no hay Comprensión ni Intuición de lo Divino que valga, y por favor, no me salgáis con el típico argumento de los que buscan a Dios en sus bolsillos: «¿Si no hay experimentador, quién experimenta?». Porque, si hicierais lo que debéis hacer, sabríais que es la mente o consciencia individual la que experimenta su absorción y posterior reaparición.

[Parameshwar dispara esa bala a alguien determinado.]

Hablemos ahora sobre cómo resolver y transcender de una forma práctica. ¡Cómo iniciar la práctica! La primera etapa consiste en volcar la atención hacia dentro y saber dónde mirar, a qué prestar atención. No hacen falta ejercicios adicionales para el desarrollo de la atención, pues la misma percepción de la propia existencia se tomará como objeto de atención.

La percepción de la existencia es algo natural en todos, solo que nunca se le presta la debida atención y es precisamente este el camino directo, la vía más rápida, porque si tenéis que esperar a «comprender» puede que necesitéis mil vidas y la lectura de millones de libros.

De entre todo lo que compone a una individualidad, no cabe duda de que la vida está presente en cada uno de nosotros, por lo tanto, esa percepción va a ser desde el principio el objeto de atención, y por favor, no cometáis el error de aplicar lo que creéis conocer en este tema. Los pensamientos dejarán de aparecer en cuanto la atención vuelta hacia el interior alcance el grado necesario de intensidad, entonces os daréis cuenta de que YO, el observador, se mira a sí mismo para sentirse presente y que esa mirada desaparece en cuanto la atención se afloja. Consciencia mirando a la consciencia en el espejo, es solo el principio. Naturalmente, esta práctica la deberéis llevar a todo ámbito de vuestras vidas. A esta etapa inicial se la denomina «Presencia de Yo» y requiere de mucho esfuerzo por vuestra parte, porque os aseguro que os enfrentaréis a Maya misma y que aprenderéis mucho sobre el poder que ejerce sobre vosotros. ¡Sí, es mucho más fácil estar sentados devorando las ideas de otros que hurgar en vosotros mismos! De hecho, muchos de vosotros no pasaréis de esta etapa inicial, no es mi deseo engañaros, puesto que de entrada se necesita gran fuerza de propósito, entrega y amor por ESO para ir hacia lo que uno ya es, pero que solo lo sabe intelectualmente. Grandes de la humanidad, como sin duda lo fue Ramana Maharshi, han mostrado abiertamente lo que significa Advaita con el ejemplo de sus vidas. Ramana tuvo su propia sadhana y vosotros las vuestras, no imaginéis que tenéis que vivir como Él, pero sí tomar ejemplo de Él en cuanto a la práctica y a la actitud se refiere. Cito a Ramana porque muchos de vosotros leéis sus Enseñanzas y tratáis de practicar Vichara. Ramana, en vida, empujaba a indagar y bucear dentro, y con su Silencio mostró que es posible... para todo aquel que estuviera cansado de palabras y conocimiento y tuviera la suficiente fuerza interior para lanzarse al abismo.

Bien, como decía, en la primera etapa el Testigo se toma como objeto, la atención se refuerza y la percepción de existencia o ser, en un momento dado, se focaliza en el Testigo mismo. Esta es una etapa de tránsito hacia la siguiente, la Consciencia «Yo Soy». El momento puede llegar espontáneamente, por medio de una súbita toma de consciencia, o bien paulatinamente. No importa cómo sea, ¡llega!

La segunda etapa es lo que ya conocemos como la Consciencia de YO, el Principio mismo de la Individualidad y causa del velo que cubre lo Absoluto, es la Inteligencia, con cuya aparición todo cobra aparente realidad.

[Un interlocutor levanta la mano pidiendo permiso para hablar.]

P: ¿Sí? Di.

I: Parameshwar, te estoy escuchando, es la primera vez que acudo aquí para oírte, no me creas irreverente al plantear esta cuestión, no está en mi ánimo. Pero... ¿para qué todas estas etapas? ¿Qué sentido tiene todo esto? Si uno ya es, y esto lo dicen abiertamente todos los maestros, ¿por qué todo este despliegue de niveles? Sinceramente, no le veo el sentido.

P: Bien, ¿tu nombre es?

I: Esteban.

P: Bien, Esteban. Nada de esto tiene sentido, pero solo para dos tipos de personas. Para los que no buscan nada y para los que ya no buscan nada porque ya nada tienen que encontrar. Este último, Esteban, ¿es tu caso?

I: ¡No, no es mi caso!

P: Mira. Solo puedes decir «Tú ya eres» aquel que ES, el que

todavía no ha despejado las nubes de la ignorancia tiene al Sí Mismo como un tópico más en la estructura mental en la que vive. El Sí Mismo es una irrealidad para él y para todos aquellos que no tienen su vivencia directa. Esteban, si no eres consciente de que ya eres, ¿cómo juzgas lo que no conoces como necesario o no?

Aun cuando te mire a ti, me estoy dirigiendo a todos aquellos que se han guardado esta misma pregunta y que no se han atrevido a hacerla. Aunque me dirija a ti, me dirijo a todos ellos.

Lo que tú no conoces directamente, por experiencia propia, siempre es hipótesis, una conjetura, una idea, un concepto, y eso es todo lo que se adquiere en la forma de conocimiento intelectual o intuitivo.

Mira, te voy a poner un ejemplo muy claro y muy sencillo de cómo funciona esto del Ser.

Tú ni eres el hombre que mira al cielo, ni las nubes que ocultan el sol, ni siquiera eres el sol que brilla. Eres el espacio contenedor de todo ello; pongamos que tú eres el cielo azul (como referencia al espacio contenedor). Debido a un efecto ilusorio te has convertido en el que mira todo esto; el contenedor que penetra todo lo que contiene en sí mismo termina creyendo que es una entidad observadora de todo fenómeno. Tu mundo está iluminado escasamente por la luz solar y esta llega débilmente porque hay unos buenos nubarrones que ocultan al sol. Esas nubes son la ignorancia y la ilusión. Tú sabes que hay un sol detrás de ellas, pero no puedes verlo, y lo sabes porque otros te lo han dicho, e incluso te han dicho que tu realidad es de la naturaleza del espacio contenedor, pero para ti el sol solamente es una creencia o una hipótesis intelectual y abrigas en tu corazón la esperanza de que algún día puedas verlo.

El espacio, el sol y tú ya estáis. No se trata de especular sobre ellos, pues los nubarrones seguirán ahí. Como estarás ya adivinando, se trata de eliminar los nubarrones que te impiden ver con claridad. Eso es el Advaita. El Advaita se ES y cuando se camina hacia lo que ya se ES las nubes se despejan, y eso es lo que se está tratando aquí. Lo que estoy comentando sobre los estados o niveles no es más que este despejar las nubes de una forma directa y práctica, sin necesidad de usar el intelecto o la intuición. La cuestión es extremadamente simple: o se ES o no se es conocedor de SER, y aquí nadie puede engañarse. El ego, el yo-usted, es Lucidez Pura oscurecida por las nubes de una estructura mental, y mientras estés en esta situación, perdido, la única luz que hay en ti es la de tu Ser, no la luz de la comprensión de tu intelecto. Tu mente es una gran recolectora de información y una experta creadora de laberintos y espejismos, tu mente intelectual solo es una herramienta mal empleada y hasta que no veas su inutilidad te aseguro que tú no te asirás a ese Ser que ya ERES. Solamente hay una manera de despejar las nubes y es que el sol del Ser brille más intensamente en tu propia vida.

I: Está bien, entiendo lo que dices, Parameshwar, pero es otro punto de vista. Detrás de todo esto está el hacedor.

P: No, no, no es un punto de vista, es lo que sucede vestido con conceptos. ¿Sabes? El Ser y todo lo relacionado con él es simple, tan simple que no necesita ser desarrollado intelectualmente. El hecho de que no se pueda definir con palabras no implica el no poder experimentarlo como su propia naturaleza. El Ser se ES, no es pensado o intuido. Todos los grandes maestros han caminado el mismo sendero. Si tú crees que ya está todo porque te has dado cuenta de que el hacedor no existe, te has dado cuenta de una mínima parte de lo que se debe tomar consciencia. El hacedor no es más que ego. Desde esta toma de consciencia hasta llevar Turya a través de los estados de la mente queda mucho camino que recorrer.

I: Todo es Consciencia, y los estados de conciencia son falsos, ilusorios, pertenecen al reino de la ilusión, ¿por qué perder el tiempo con ello?

P: ¿Estás seguro de lo que has dicho? ¿Verdaderamente seguro?

I: Sí, hasta donde puedo comprender e intuir.

P: ¿Conoces lo Real para distinguir lo que es Irreal? Posiblemente, tanto REAL como IRREAL no dejen de ser conceptos que manipula tu intelecto. El Ser es irreal en quien aún no ha disipado la ignorancia, es una construcción mental. Hablar de la consciencia sin conocer la consciencia es mente, intelecto. Tanto los que aceptan el Ser por fe como los que no, no dejan de ser ciegos haciendo conjeturas sobre los colores del arco iris. El Ser se ES y basta.

I: Parameshwar, te agradezco tus palabras.

[Parameshwar hace un gesto con la cabeza.]

P: La Consciencia «Yo Soy» es Silencio y Quietud, es Consciencia, despierta y quieta, ningún pensamiento interrumpe su continuidad. A través de él se emana el Silencio, pues es el puente entre lo divino y lo humano. La Consciencia «Yo Soy» forma parte del Ser-Existencia, es el perceptor y conocedor de eso. Sin embargo, solo es una consecuencia, un efecto cuya causa aún es más pura. El YO, es y no necesita retorno hacia sí mismo ni realizar ningún tipo de esfuerzo, estrategia o método.

Mientras en la Presencia de YO se retorna constantemente mediante un esfuerzo para llevar la atención (la consciencia) sobre sí misma, en esta etapa el YO-YO o «Yo Soy» no requiere esfuerzo alguno para sostenerse ni reconocerse. El trabajo duro se realiza en la primera etapa, el YO se mira en el espejo de la consciencia y se sabe a sí mismo, esto es lo único que hay que hacer para mantenerse presente. Una vez conseguido, el «Yo Soy» siempre está ahí y el «sabor» de SER no se pierde aun cuando la mente esté sumida en pensamientos. En caso de olvido, retorna sobre sí mismo de una forma natural, sin esfuerzo. El mismo estado no permite que se pase demasiado tiempo en estado de «ausencia», es una mecánica natural que se activa sola gracias al esfuerzo inicial. A partir de este punto, todo trabajo consiste en hundirse en la Consciencia, y como hablamos de eliminar la ignorancia también hablamos de «pureza» de la Consciencia. Sí, ya sabemos que la Consciencia es PURA, pero no desde el punto del «Yo Soy», que es Consciencia Individualizada y autoconsciente. Así pues, el trabajo aún no se ha acabado, aunque muchos se queden aquí simplemente porque saborean el sabor del SER-Existencia siendo YO.

Un «Yo Soy» inteligente se dará cuenta de que participa del SER-Existencia (a este se le llama Atman), y que la Auto-consciencia no es la Fuente de este Silencio y Paz que él mismo irradia y otros pueden llegar a percibir. Toma consciencia de que él ocupa el primer plano de existencia, es decir, que él está ahí clavado en medio del Silencio observando, testificando, vivenciando el Ser. Se da cuenta de que no debe estar ahí para que el primer plano lo ocupe el Sí Mismo, y cuando llega esta comprensión se inicia la mecánica natural de la absorción, la desintegración, la eliminación... del YO (llamadlo como queráis), para dejar paso a Turya, Nirvana, etc. Para que el YO desaparezca del campo de percepción hay dos maneras, la primera es la más fácil y es centrando la atención sobre sí mismo, hundiéndose hasta el punto en que lo único que queda es la Consciencia-Existencia, nada más. Cuando se da Turya, el YO (que no deja de ser impureza de la Mente o Consciencia) conoce su irrealidad y descansa... no busca más. ¿Fin de trayecto? ¡NO! Aunque para muchos sí. La practica de Turya lleva a Turyatita, donde solo queda la Consciencia Pura de Turya pero sin sentido de existencia, y a partir de aquí, no hay más.

«Yo Soy», por sí mismo, solo puede elevarse hasta Turya, pero para Turyatita se requiere una energía adicional, la Shakti, que despierta en Turya. La Consciencia Pura y Shakti son la misma cosa, Shiva y Shakti son indiferenciados; llamar a la Consciencia Pura Shiva o Shakti es lo mismo. Shakti es la Consciencia-Energía en la manifestación. Sin ella, la estructura mental de los tres estados no puede ser eliminada y es el último «trabajo» que debe realizarse; Turya, que está más allá de ellos, debe ocupar el primer plano en Vigilia, Sueño con ensueños y Sueño profundo. La Consciencia más Existencia (VIDA) no se pierde nunca, Turya elimina los tres estados de la mente.

Bueno, como este tema se va a tratar mucho, por hoy lo dejamos aquí. La próxima reunión será dentro de dos días. ¡Adiós!

 

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