1. ¿Quién es Parameshwar?

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Nacido en India, vino con su esposa e hijos a Barcelona en la década de los noventa donde montó un negocio típico para prosperar. Acerca de su identidad se mantiene un tácito silencio por parte de todos los que fuimos asistentes habituales o discípulos, puesto que siempre fue su voluntad permanecer en el anonimato. Y así será.

El título de Shri Satguru Parameshwar Maharaj se lo concedió su propio maestro, de él tenía un retrato sobre un pequeño altar en la sala de su domicilio donde se daban las «clases» los días que él mismo nos indicaba. También tenía colgados retratos de otros maestros de la Tradición Vedanta, de entre los cuales destacaba la fotografía enmarcada de Ramana Maharshi, por quien sentía auténtica devoción y admiración.

Parameshwar es un raro caso de místico y a su vez la excepción a la regla puesto que su recuerdo más antiguo se remonta hasta más allá del vientre de su madre. Solía decir que siempre tuvo una sadhana muy fácil, y en base a la Gracia de la Shakti, a la que atribuía sus recuerdos, no solo entendió la Tradición Vedanta Advaita desde muy joven sino que también encontró puntos de discrepancia sobre los cuales no incidía, ya que él mismo evitaba caer en la erudición filosófica. A la edad de diecisiete años, de un modo súbito, tomó consciencia de su realidad en cuanto a la Consciencia como su verdadera identidad, y fue a partir de ese momento que vio la ilusión e irrealidad, no solo de su yo-personalidad, de su devocional y mística vida, sino que también vio la ilusión que suponía cualquier tipo de Enseñanza erigida sobre lo más simple y evidente que se da en la existencia: «Yo Soy».

Pronto comenzó a hundirse en Sí Mismo y a experimentar la extinción de su identidad y sensación de existencia, hecho que le produjo una gran crisis durante años, pues la Tradición asume que el Sí Mismo es la Consciencia de Ser o «Yo Soy» y es indestructible. Siendo aún un hombre joven, su crisis devocional acabó cuando desapareció por completo durante una sentada en meditación, perdió todo conocimiento de sí mismo, de su existencia, de su cuerpo, y todo, absolutamente todo, estaba contenido en el estado de Lucidez. Su éxtasis duró mucho tiempo y, cuando se rompió la magia, la percepción de SER-Existencia, su conocimiento de YO, puso todo el contenido de la Lucidez de en su sitio habitual y el reconocimiento de las impresiones quedó restablecido.

«Yo Soy» se dio cuenta de lo sucedido y «Yo Soy» supo que a ESO, lo Absoluto, ni por ensoñación se le podía denominar como el Sí Mismo, Atman o «Yo Soy». El puzzle quedó resuelto mientras sus ojos derramaban lágrimas de agradecimiento a Shakti. A partir de ahí la misma Shakti atrajo personas con el corazón en un puño para ser instruidas en el Ser. La misma Shakti despertó en Parameshwar completando su sadhana, consolidándole en la Realización del Sí, pero como él mismo decía: «Con Atman no está acabado el camino, ahí empieza realmente». Shakti Kundalini le llevó hacia los últimos estados de Consciencia.

Parameshwar nunca nos pidió dinero por sus enseñanzas y ni siquiera admitía la voluntad. «Si se me ha regalado todo, yo debo darlo de la misma manera», decía cada vez que alguien le insinuaba un precio. Así mismo solía decir también: «La mejor forma de pagarme es que te hundas en ti mismo». Tampoco nos pidió que le sirviéramos de algún modo o que le regaláramos algo. Lo único que nos pidió es que mantuviéramos silencio entorno a su figura como maestro, pues él era quien escogía a sus alumnos y en raras ocasiones alguien asistía a sus clases sin ser acreditado por nosotros. Nos permitía tomar notas escritas o grabaciones, pero nunca fotos. En realidad nunca llegamos a comprender bien el motivo de su deseo de anonimato pese a que nos decía que su cometido no era la enseñanza sino su plena realización.

Cuando partió con su esposa a India se produjo un gran vacío en nuestros corazones incrementado al poder comprobar en Parameshwar el gran nivel de desapego al dejar atrás parte de su vida y su obra. Su hijo con su esposa se quedaron un tiempo más en Barcelona finiquitando el negocio, partiendo hacia Londres donde tienen familia una vez finalizado todo trámite.

No sabemos dónde vive Parameshwar ni en qué parte de India aterrizó el avión.

Juan Úbeda, Caminante

 

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