3. Sobre la práctica inicial de «Presencia de Yo»

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Interlocutor: El otro día se nos dijo que la práctica inicial es como mirarse en el espejo de la consciencia. Intento llevarlo a la práctica, pero no acabo de entenderlo. Por favor, ¿podrías decirme dónde cometo el error?

Parameshwar: El error está en que te quedaste prendada de un concepto. No hay tal espejo de la consciencia. El SER ya está ahí, pero no de una forma consciente, está en un segundo plano, obviado, olvidado. Tu mente está donde los sentidos te llevan. Vives continuamente fuera, exteriorizada, sin la necesidad de prestarte atención a ti misma. Cuando te vuelves hacia el interior y te agarras a la sensación de ser, esa sensación es como el espejo donde te miras. No vamos a profundizar más en el tema, pero en esos momentos lo más real que conoces es esa sensación de que estás viva, y a esa sensación le acompañan los sentidos, es decir, sientes el cuerpo, comodidad o incomodidad, oyes sonidos y ves luces, aunque tengas los ojos cerrados, etcétera.

Lo interesante de todo esto es que de entre todas las sensaciones que recibes hay una que nos importa, tu propia percepción de la existencia, y no me estoy refiriendo a cómo percibes o vives la existencia, sino a que te sientes viva, a que te conoces como una entidad existente. Esta es una percepción que hay que aislar y potenciar, porque es el hilo de la madeja y hay que tirar de él. ¿Puedes darte cuenta de que existes?

I: Existo porque tengo un cuerpo, pienso y siento...

P: Bien, es un punto de partida, ya tienes localizado todo lo que rodea a la sensación de ser, ahora hemos de aislarla y separarla de las demás percepciones en cuanto cierres los ojos para vivirte «dentro». ¿Quién es la «persona» en ti que presta atención?

I: ¡Yo!

P: ¿Esa persona (tú) sabe que está viva y percibe la sensación del cuerpo, oye y ve?

I: ¡Sí! ¿Estoy viva porque percibo todo a mi alrededor?

P: ¡Claro! Si no estuvieras viva no percibirías nada, ¿o sí? [risas]

I: ¡Ha sido la pregunta de millón!

[risas]

P: ¡Reíd, reíd! Y... ¿acaso no eres tú la que percibe? ¿No eres tú la testigo de todo cuanto te rodea? ¡Tú eres la consciencia que observa y se da cuenta! Sin cuerpo y sentidos... ¿cómo sabes que eres tú?

I: ...

[No sabe qué decir. Se produce una larga pausa. Parameshwar la tiene con la mente en blanco; la ha dejado, literalmente, hurgando en sí misma, buscándose. Después de un rato se dirige a los demás en tono de guasa.]

P: Todos os habéis reído, ¿la podéis ayudar a encontrarse? ¡Dadle la respuesta que necesita! Pues la tenéis, ¿sí?

[risas]

P: No os podéis imaginar el poder de la Ilusión. Vuestra identidad que creéis ser es ilusión, es un amasijo de atributos que no podéis aislar por separado. Todos sabéis intelectualmente que lo real es la Consciencia pero, a la hora de la verdad, no sabéis ni cómo ni dónde encontrarla en vosotros mismos. Esto que ha sucedido ahora es una gran lección para todos.

[Parameshwar se dirige a la persona en cuestión.] P: ¿Tú sabes que eres consciencia?

I: ¡Sí!, pero como dices tú, solo lo sé mentalmente, tengo la información, pero cuando miro dentro no me encuentro. No sé dónde mirar, aunque me digas que yo soy la observadora de todo lo que me rodea. ¿No es la mente la que mira?

P: ¿A ti qué más te da si es la mente o la consciencia la que mira? Se llame como se llame, testifica, y eso eres tú y debes aprender a aislarte de las sensaciones de las cuales eres testigo. Con lo que te digo ya tienes materia para practicar y entender. Vete directamente al testigo que eres, no pierdas el tiempo testificando el cuerpo, los pensamientos, etc. El testigo en ti eres tú, lo único que en ti es capaz de mirar, y eso es consciencia. No es algo que debes buscar, si lo buscas como algo ajeno estás engañada. Tú eres YO. La información que tienes en la mente te hace dudar de algo que es simple, muy simple. No hay yoes, solo UNO rodeado de dudas intelectuales sobre lo que debe de ser o no. Si abandonas estas dudas, te quedas sola contigo misma. Eres el foco de atención, la perceptora... vuelve tu mirada hacia ti misma, percíbete a ti misma.

Deja que estas palabras hagan efecto y descubrirás que a lo largo de tu vida siempre has estado tú ahí, inalterable, pese a los muchos cambios personales que hayan acontecido en ti, viviendo y observando todo, digamos, desde «dentro».

¿Tenéis preguntas que hacer? ¿No? Pues entrad en meditación esta hora que falta y tratad de aplicar lo que habéis entendido. ¡Ya iremos resolviendo los problemas poco a poco!

P: ¡Buenas tardes a todos! ¿Qué tema os interesa tratar hoy?

I: Tengo una cuestión que me da vueltas y vueltas y no le encuentro una salida digna. El Hacedor ya no existe para aquel que ya no tiene deseos, cualquier cosa que le acaezca le es igual. Sin embargo, el destino se configura en gran parte por nuestros pensamientos, deseos y acciones. Entonces, ¿no es esto ser el Hacedor inconsciente del destino? El títere, sin saberlo, configura gran parte de su destino. No todo, pero sí gran parte se configura con la elección o las decisiones tomadas...; si bien es verdad que solo existe la verdadera elección cuando se es consciente, y en la consciencia pura no hay elección alguna que hacer, solo Ser...

P: Tú misma te has ha contestado al final de tu pregunta. El destino va de acuerdo al grado de inconsciencia con el que se comete la acción. La inconsciencia produce sufrimiento, tanto para uno mismo como para los demás, y debido a ello una Ley correctiva se pondrá en funcionamiento, se encargará de hacer comprender por sus efectos, como individualidad que eres, lo que es correcto e incorrecto. Las cosas funcionan así en esta «supuesta ilusión» que vivimos.

Krishna enseña a Arjuna que debe cumplir con su deber, lo hace desde otro punto de vista que no pertenece al hacedor, este es precisamente el que llora y se lamenta de la muerte de familiares, el no-hacedor dispara la flecha directamente al corazón de sus primos y, sin embargo, un maestro que abuse de sus alumnas les tendrá que pedir en su lecho de muerte que por favor le dejen pagar su karma.

El destino se dibuja de acuerdo a la oscuridad que enturbia el Corazón. Si uno cree que es «hacedor de su vida» y alcanza fama y riquezas... ¿cómo crees que se verá a sí mismo si la vida (que nunca se puede controlar) le suelta un bofetón y lo pierde todo? Si es inteligente, se dará cuenta de que en absoluto es el hacedor de nada y de que las cosas van bien en la vida cuando el viento sopla a favor. Cuando las cosas van mal, el concepto «hacedor» no existe porque se da cuenta de que él no controla su vida, por mucho empeño que ponga en que las cosas en ella le vayan bien.

De todas formas, el concepto del hacedor cae por sí mismo cuando el YO se da cuenta de que él es consciencia y no es una mera manera de ser. A medida que el YO gana consciencia va transcendiendo cualidades personales así como desarrollando, por comprensión, una actitud en la vida y una ética, porque ¿cómo va a odiar a su prójimo si ve que el prójimo también es YO, lo sepa o no? Haga lo que haga un hombre consciente de Sí, los demás, los que no lo son, le verán como un hacedor.

De todas formas, no pierdas mucho el tiempo con estos conceptos, porque el hacedor es rápidamente transcendido, así como la imagen que uno tiene de sí mismo, en cuanto empiezas a darte cuenta de que tú eres la consciencia.

I: Gracias por la explicación.

 

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