Apéndice Credo Filosófico de Eliphas Levi

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Creo en lo desconocido que Dios personifica, Probado por el propio ser y por la inmensidad. Ideal sobrehumano de la filosofía, Perfecta inteligencia y suprema bondad. Creo en el infinito que el finito proclama; Creo en la razón que no se debilita; ¡Creo en la esperanza y he adivinado el alma, Sentando que el amor desprecia la muerte!.

Creo que el ideal para nosotros se realiza En los hombres con amor, espíritu y bondad. Justos de todos los tiempos, vos sois mi Iglesia; ¡Y mi dogma tiene por ley la universalidad!.

Creo que el dolor es un esfuerzo para nacer, Que el mal es para nosotros la sombra o el error del bien; Que el hombre trabajando debe conquistar su ser, Que el bien es el amor y que Satán no es nada.

Creo que la misma esperanza vive bajo todos los símbolos, Que el mundo tiene por ley la solidaridad; Yo derroco el altar de todos los ídolos, Pronunciando dos palabras: justicia y verdad.

Creo que por el derecho el deber se mide, Que el más fuerte debe más y el débil menos; Que tener miedo del verdadero Dios, es injuriarle. Ya que necesita unir nuestros esfuerzos a los suyos.

Creo que por el derecho el deber se mide, Del que jamás nuestro error abusa impunemente; El mal hace al pensamiento activo y vigilante, Pero él es el remedio y no el castigo.

Creo que de la muerte desgarrando los velos, Volveremos todos al hogar paterno; La ignorancia y el error sombras son de las estrellas ¡De las que el bien radiante es el centro eterno!.

LA MORAL - LOS AXIOMAS

Saber sufrir, saber abstenerse y saber morir, son las tres reglas principales del mago.

Aprender a sufrir, aprender a morir es la gimnasia de la eternidad, es el noviciado inmortal.

La Magia y el Esoterismo no son ocultos más que para los ambiciosos e ignorantes

LAS CIENCIAS OCULTAS

Hay hombres que como la luz los irrita y fatiga vuelven su espalda al sol, mirando siempre a su sombra.

Se creen cristianos pero adoran al diablo, otorgándolo los atributos de Dios.

Se llaman filósofos, mas adoran la nada y la anarquía, poniéndolas en lugar del ser eterno y del orden inmutable que preside la jerarquía de los seres.

La afirmación temeraria y la negación absurda tienen también sus fanáticos, estos son los búhos de la inteligencia.

Los que sólo ven en la noche de sus pasiones al clarear el día quedan ciegos.

Jamás esos hombres comprenderán nada de la filosofía oculta.

Para ellos solamente es oculta;

Oculta como el sol para los búhos;

Oculta como el buen sentido para los fanáticos;

Oculta como la razón para los insensatos.

Pues es la filosofía de la luz; es la filosofía del buen sentido; es la filosofía exacta como los números, rigurosa como las proporciones de la geometría, regulada y ordenada como la naturaleza, evidente como el ser, infalible como las matemáticas eternas.

¡Ciego el que no lo vea, pero más ciego aún quien pretenda verlo en la noche!.

El temerario que ose mirar al sol sin pantalla queda ciego y entonces para él el sol es negro.

Nunca el estúpido vulgar comprenderá la alta ciencia de los magos. Orfeo canta y los monos hacen muecas y gestos, esperando que el poeta elogie su cola. La gloria que se pide a la muchedumbre es ambrosía bien amarga, pues contiene mucha hiel y poca miel. Además, las palmas inmortales tardan en crecer y suelen no dar sombra más que a los féretros.

Los verdaderos grandes hombres son poco ávidos de escuchar su gloria, saben que si el trueno ahorra el laurel, éste estará por especie de complicidad entre azotes y azahares; la corona de laurel es con frecuencia corona de vértigos. La savia del laurel contiene el más sutil de los venenos.

Es necesario atreverse para ocuparse seriamente de esta filosofía oculta, tratada con tanto desprecio por aquellos que la niegan, y con tanto odio por los que la atribuyen al demonio. Es preciso tener osadía, para mandar a los fantasmas de la imaginación y las inquietudes del espíritu; es necesario ser audaz para pensar de diferente modo que el vulgo, para oponer el inmutable y buen sentido de los sabios a las divagaciones siempre variables de la multitud. Dios ha puesto a nuestra disposición la paz y la dicha, pero es preciso atreverse a extender las manos hasta esos frutos del árbol de la vida, prohibidos por tantas quimeras, y no temer robarlos, porque una vez cogidos la naturaleza nos los donará. Recordemos que el cielo soporta violencia y quiere ser tomado por asalto.

Si el infierno fuera el patrimonio de la inteligencia valerosa que lucha en nombre de la razón y si el cielo estuviera reservado a la estúpida temeridad que obedece al misterio, las gentes de honor y de corazón deberían ir todas al infierno, y este sería entonces el cielo.

AMOR, he aquí el gran secreto de la Magia, pero hay que saber distinguir entre el amor que inmortaliza y el amor que mata.

Escribimos para los hombres sin prejuicios.

Saber es ser. Dudar es ignorar. Pues bien, lo que dudamos o ignoramos no existe aún para nosotros.

Tales son las consecuencias del dogma filosófico de Hermes y tal es la filosofía de los Rosa Cruz, herederos de todos los sabios de la antigüedad.

Finis Coronat Opus

 1    Eros. Mitología: Hijo de Afrodita, dios del amor entre los griegos, no es

 2  solamente signo del amor físico sino también un agente cosmogónico. Dice Maury, que el Eros cosmogónico es la fuerza atractiva que lleva a los corpúsculos elementales a agregarse y a combinarse. Eros fue el producto de una abstracción y una reflexión filosófica. Anteros,

 3  su contraparte, genio que se refiere al amor masculino. Se lo representa disputando una palma a Eros, como personificación de la resistencia del corazón del joven a las instancias

 4   Rabelais, Francisco. Sacerdote católico, filósofo, médico y escritor francés, autor de las célebres obras "Gargantúa" y "Pantagruel". Durante su permanencia en el convento franciscano de Fontenayle-Comte, donde hizo su noviciado y recibió las órdenes sacerdotales, despertaron en él dos grandes sentimientos que arraigaron profundamente: el amor a las letras y el odio a los frailes. Tuvo que huir del convento por haberse vuelto sospechoso al Capítulo de la Orden. En 1511 fue nombrado cura párroco de Meudon. Dice

 5    Thebaida. Parte meridional del antiguo Egipto, llamada también Alto Egipto, cuya capital era Tebas.

 

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